Nuevo descubrimiento fósil ofrece pistas sobre la evolución y comportamiento humano
Este descubrimiento cobra importancia porque desafía visiones lineales de la evolución humana.

Arqueología, imagen de referencia (Getty Images). / Lowell Georgia
Este hallazgo fósil en la cueva de Swartkrans, Sudáfrica, representa un avance significativo en la comprensión de ‘Paranthropus robustus’, un antiguo pariente humano.
Por primera vez, se encontró un conjunto articulado de cadera, fémur y tibia perteneciente a esta especie, permitiendo a los científicos confirmar que caminaba erguido, al igual que los humanos modernos.
Este descubrimiento, liderado por Travis Pickering y su equipo del Instituto de Estudios Evolutivos de la Universidad de Witwatersrand, fue publicado en el ‘Journal of Human Evolution’.
Este fósil corresponde a un individuo joven, probablemente hembra, que medía apenas un metro y pesaba 27 kg, siendo incluso más pequeño que otros homínidos diminutos.
Paradigma alrededor del descubrimiento
El paradigma principal alrededor del hallazgo radica en la escasez histórica de restos postcraneales de esta especie, lo cual había limitado el conocimiento sobre su locomoción, estatura y adaptación ecológica.
Adicionalmente, este individuo muestra marcas de mordidas, probablemente de leopardos, lo que evidencia su vulnerabilidad ante depredadores.
Asimismo, Pickering subraya que ‘Paranthropus robustus’ sobrevivió más de un millón de años y posiblemente fabricaba herramientas, lo que sugiere habilidades cognitivas notables. El estudio también realiza análisis internos que podrían revelar aún más sobre su desarrollo y comportamiento locomotor.
¿Cuál es la importancia de estos hallazgos?
Estos hallazgos representan una pieza determinante para reconstruir la evolución humana y comprender mejor la diversidad de nuestros ancestros.
Al descubrir un esqueleto parcialmente articulado, los investigadores pueden estudiar directamente cómo se desplazaba esta especie, confirmando que caminaba erguida de forma habitual.
De esta manera, se reafirma el bipedalismo como una característica común entre distintos linajes humanos, pero también se plantean preguntas sobre las múltiples formas en que nuestros antepasados se adaptaron al entorno africano hace millones de años.
En la actualidad, estos hallazgos son relevantes porque desafían visiones lineales de la evolución humana, mostrando que varias especies bípedas coexistieron y desarrollaron capacidades físicas y cognitivas complejas.
Del mismo modo, el hecho de que ‘Paranthropus robustus’ compartiera territorio con Homo ergaster y posiblemente utilizara herramientas sugiere una interacción ecológica más rica de lo que se pensaba.
Esta nueva evidencia potencia investigaciones más profundas sobre comportamientos sociales, estrategias de supervivencia y el origen de habilidades como la fabricación de herramientas.
Aspectos finales que vale la pena considerar
Vale la pena hacer énfasis en la diferencia de tamaño entre machos y hembras de ‘Paranthropus robustus’. Esto sugiere un sistema de apareamiento poligínico, que es en el que un macho se aparea con varias hembras simultáneamente o de manera consecutiva.
Además, esta característica ofrece pistas sobre su estructura social y jerarquía; el hallazgo de herramientas de piedra y hueso en asociación con esta especie plantea interrogantes sobre su capacidad tecnológica.
Por último, los análisis por tomografía computarizada que se están realizando dentro de este estudio permitirán conocer patrones de crecimiento y desarrollo, aportando datos esenciales sobre la biología y comportamiento locomotor de esta especie prehistórica.